El pasado 13 de mayo se publicó en el BOE el Real Decreto-ley 10/2022 para ajustar el coste de producción del gas durante 12 meses. El llamado vulgarmente «decreto del tope del gas». Como resultado de esta medida la factura de la luz experimentará un alivio, pero previsiblemente no entrará en vigor al menos hasta el 2 de junio, por lo que los consumidores no notarán la bajada de precios hasta que les facturen en julio; y además, después de analizar el documento, no sabemos exactamente cuántos euros de ahorro supondrá para el bolsillo de los consumidores. El Gobierno ha dejado caer durante los últimos días que se producirá un abaratamiento del 30% en el recibo.

Para la entrada en vigor hace falta culminar dos procesos paralelos. Por un lado, España tiene que obtener del sí definitivo del Colegio de Comisarios, después de la autorización provisional que remitieron esta semana por carta las autoridades de la Competencia. Por el otro, debe completarse un complejo calendario que se iniciará el martes 17 de mayo. Desde ahí, las comercializadoras tendrán cinco días hábiles para aportar al Ejecutivo toda la documentación sobre cuánta energía consiguen a través del ‘pool’ y cuánta tiene cobertura con contratos a plazo, y dispondrán de otros siete días adicionales para realizar alegaciones. El 1 de junio termina este plazo de 12 días, por lo que, si el Gobierno consigue el aval de Bruselas, la ministra ya podría firmar la orden ministerial que garantizase la entrada en vigor de la medida a partir del día 2 de junio.

La fórmula es la siguiente: al establecer un precio máximo para el gas empleado para la producción de electricidad en las centrales de ciclo combinado, el precio de este dejará de contaminar el de la luz en el llamado ‘pool’ eléctrico, cuyos datos horarios se emplean para calcular el importe de la factura regulada. Valga como ejemplo el viernes 13 de mayo, el precio de referencia del gas en el mercado ibérico se situaba en 79 euros el megavatio hora (MWh), e impulsaba el de la luz hasta los 202,99 euros/MWh. Con el nuevo tope, el gas se rebajará a la mitad (40 euros) durante los primeros seis meses, e irá ascendiendo cinco euros cada mes hasta «normalizarse» en un precio de 70 euros, según dice el BOE. Esto arroja una media de 47,5 euros durante los 12 meses en los que estará en vigor, que el Gobierno eleva a 48,80 €.
Si los costes de las centrales de producción son superiores al tope establecido por el Gobierno, la diferencia será compensada por el conjunto de la demanda; es decir, los consumidores. El reparto de las cantidades a compensar entre los consumidores se realizará de forma proporcional a la energía consumida. Para ello se definirá un valor unitario expresado en euros por MWh (€/MWh) consumido.

Nuestros cálculos nos dicen que previsiblemente durante los primeros seis meses el precio en el mercado minorista; es decir, el que tendremos los consumidores, rondará lo 0,16 €/kWh. Se incrementará mes a mes algo más de 1 céntimo, hasta llegar el 31 mayo del 2023 que finaliza el mecanismo de ajuste, a unos 0,23 €/kWh. Como es lógico, esto dependerá del número de horas que el gas marque el precio del ‘pool’, por lo que la cifra podría aumentar o disminuir ligeramente en función de la producción renovable.

El primer efecto será que todos los consumidores que siguen en el mercado regulado, y los del mercado libre con precios indexados, van a notar una bajada sustancial en sus facturas. El resto de consumidores; es decir, los que estamos en estos momentos en el mercado libre no podremos beneficiarnos de este mecanismo de ajuste. todo lo contrario, ya que todos veremos incrementado nuestro precio por el coste de compensación, que todavía se desconoce.
Todos nuestros socios, excepto los contratos de abril que se negociaron a 0,1990 €/kWh, disfrutamos de precios por debajo de 0,14 €/kWh por lo que seguiremos teniendo durante los próximos 12 meses precios muy por debajo de los que arrojará el mercado.

El segundo efecto será que las comercializadoras «más competitivas» del mercado libre, previsiblemente, ofertarán precios para los próximos 12 meses más acordes a la nueva realidad del mercado electrico.

En este nuevo escenario los nuevos precios que negociemos partirán desde una posición más beneficiosa, por lo que según vaya evolucionando el mercado iremos analizando de forma personalizada la situación de cada socio, y siempre que mejoremos su situación actual, le plantearemos un cambio de comercializadora.

De momento, hasta aproximadamente 15 días después de que entre en vigor el mecanismo de ajuste y tengamos un histórico de precios, todo seguirá igual para nosotros. Estaremos atentos.